El discurso de «emprendurismo» y el «crecimiento personal» han incrementado el surgimiento de coaching que no es más que asistencia a las carencias hacia lo humano o hacia lo empresarial y manejo laboral, siendo además, otra arista de la diasporización del esfuerzo en una especie, la humana, que naturalmente funciona el colectivo.
El humano es un ser social, pasó de ser tribu a ser civilización, donde cada ser humano cumple un rol incluso, explotando a veces al otro ser humano, pero es claro que uno solo no puede hacer una vida en solitario pues si comes, alguien planto el árbol o alimentó la carne que te sirve de alimento, si usas luz eléctrica alguien te la provee, si te llega el agua existen personas que lo permiten y si escribes en internet, alguien creo los softwares y los hardwares para que sea posible.
El mundo del emprendimiento sin mirar al lado, es falso, el famoso libro Padre Rico Padre Pobre no se aleja de un mal escrito de Cohelo, el ser humano ha sido presa de un discurso hegemónico que promueve la individualidad y el dizque «crecimiento personal», acompañado de apatía y egoísmo que termina corroyendo incluso, las familias.
El ser humano procede entonces a congregarse en iglesias y tener un comportamiento egoísta fuera de estas, mantiene la competencia económica las 24 horas y las ansias de figureo desmedido difundido en redes sociales, provocando que la «apariencia» sea lo importante y no lo humano, lo natural.
Los medios difundiendo lo banal, las redes proporcionan algoritmos que fomentan el individualismo, el chisme, la violencia, el ser humano se ha vuelto un lobo solitario cuando ni estos, de forma natural, gustan de estar solos.
El falso discurso del empoderamiento personal fomentado por las redes, el vender que la Pyme personal y no la cooperativización es el futuro, es seguro, el peor aporte que se puede hacer para el futuro de la humanidad pues, sin el prójimo, vamos camino a la extinción.
